Recibir formación y replicarla a sus coterráneos, es el sueño de los 19 aborígenes risaraldenses que han recibido el Centro de Biotecnología Agropecuaria del SENA en Mosquera, Cundinamarca.
Estos jóvenes aprendices que pertenecen a la comunidad Embera Chamí provienen de los municipios de Pueblo Rico, Quinchía, Mistrató, Marsella y Guática, quienes recibirán orientación en cultivos relacionados con los principios de la Agroecología, Procesos de Educación, Participación y Gestión Ambiental, del Desarrollo Sostenible, con una duración de año y medio en el internado del SENA en Mosquera donde reciben, sin costo alguno, alojamiento y alimentación.
Según Guillermo Ricardo, Subdirector del Centro de Biotecnología Agropecuaria, estos jóvenes indígenas complementarán su formación con la etapa productiva durante un año de práctica en su territorio, sobre desarrollo de Proyectos Sostenibles que aportarán a la comercialización de los productos autóctonos de la región como cacao, yuca, café, maíz y la elaboración de tejidos en chaquira y lana, lo que les permitirá obtener su título de Tecnólogo Formador en comunidades étnicas para el Desarrollo de Proyectos Sostenibles y aplicar sus conocimientos como instructores agropecuarios entre su misma comunidad o como apoyo a los programas de formación titulada o complementaria que el SENA imparte en sus territorios.
Tal y como lo manifiesta José Arcángel Carrasco, monitor del nuevo grupo de indígenas, esta experiencia los aleja de sus comunidades y el cambio de territorio puede afectar sus costumbres, pero al mismo tiempo tiene en claro que esta oportunidad ofrecida por el SENA, mejorará notablemente el desarrollo de sus proyectos productivos.
Estos jóvenes aprendices que pertenecen a la comunidad Embera Chamí provienen de los municipios de Pueblo Rico, Quinchía, Mistrató, Marsella y Guática, quienes recibirán orientación en cultivos relacionados con los principios de la Agroecología, Procesos de Educación, Participación y Gestión Ambiental, del Desarrollo Sostenible, con una duración de año y medio en el internado del SENA en Mosquera donde reciben, sin costo alguno, alojamiento y alimentación.
Según Guillermo Ricardo, Subdirector del Centro de Biotecnología Agropecuaria, estos jóvenes indígenas complementarán su formación con la etapa productiva durante un año de práctica en su territorio, sobre desarrollo de Proyectos Sostenibles que aportarán a la comercialización de los productos autóctonos de la región como cacao, yuca, café, maíz y la elaboración de tejidos en chaquira y lana, lo que les permitirá obtener su título de Tecnólogo Formador en comunidades étnicas para el Desarrollo de Proyectos Sostenibles y aplicar sus conocimientos como instructores agropecuarios entre su misma comunidad o como apoyo a los programas de formación titulada o complementaria que el SENA imparte en sus territorios.
Tal y como lo manifiesta José Arcángel Carrasco, monitor del nuevo grupo de indígenas, esta experiencia los aleja de sus comunidades y el cambio de territorio puede afectar sus costumbres, pero al mismo tiempo tiene en claro que esta oportunidad ofrecida por el SENA, mejorará notablemente el desarrollo de sus proyectos productivos.
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